Pájaros metálicos volaban, esta vez, abandonando la ciudad.
En la plaza del Ayuntamiento, la actividad era frenética.
La multitud, agolpada, contemplaba un dantesco espectáculo.
Cabeza abajo, colgando del brazo de su propia estatua, se exhibía el cadáver del dictador, anunciando que la guerra había terminado.
En el foro de Nuncamajás, se propuso un reto consistente en escribir un microrrelato, que contuviera cuatro frases consecutivas, que comenzasen, respectivamente, por las palabras "Pájaros-en-la-cabeza". Ésta ha sido mi propuesta.