Ricky y Clara se habían convertido en la principal atracción del Circo Stromboli.
Criados bajo las carpas, él era la tercera generación de profesionales circenses de su familia; ella, hija de una famosa trapecista, ya retirada. Llevaban tres años casados y también eran pareja artística.
Aquel día, Ricky se mostraba serio y distante con Clara. Un rato antes de la función, se había reunido con el detective, que le había mostrado unas fotografías en las que Clara retozaba desnuda con el domador de leones.
Ya presentados, y cuando el público cesó de aplaudir, Clara y Ricky se colocaron en su posición habitual.
Ricky se acordó de su abuelo, el gran Hilarini. Un gran payaso que sabía separar el trabajo de su vida personal, pues al día siguiente de enterrar a su esposa, tuvo la entereza de salir a la pista central, para hacer reír a los espectadores que abarrotaban las gradas del circo.
El público estaba espectante. Mientras sonaba el redoble del tambor, Ricky, atormentado por las dudas, miraba fijamente los ojos de Clara, al tiempo que se preparaba para lanzar el primer cuchillo.
Amigos: Poco a poco, me voy reincorporando a la blogosfera. Me iré reencontrando con vuestros blogs, para seguir aprendiendo y disfrutando con vosotros. Os echaba de menos.
Por cierto, Barataria tiene página en Facebook. Podéis acceder pinchando aquí. Si hacéis click en "Me gusta", no me darán dinero, ni nada, pero me llevaré una enorme satisfacción. ;)
Bienvenido Perikiyo,
ResponderEliminarDa gusto volver a leer tus historias,
Un saludo,
Da gusto leerte de nuevo poniendo en solfa la traición y la confianza, que podrá mas?.
ResponderEliminarSaludos
No se puede escribir así, Perikiyo, y ausentarse por tanto tiempo de la Red. ¡Feliz Regreso!
ResponderEliminarMe alegro de que hayas vuelto. Espero que estés satisfecho con la obra.Como siempre, un excelente relato.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Un abrazo
Un ansiado regreso y vuelves con fuerza. ¿Hay una segunda parte prevista para la historia?
ResponderEliminarUn abrazo y me alegro de volverte a ver por aquí.
Muchas gracias, Nacho.
ResponderEliminarMe alegro de que sigas por aquí.
Saludos.
Hola, Flores:
ResponderEliminarEso digo yo: ¿qué podrá más?
Saludos.
Hola, Francisco.
ResponderEliminarMe alegro de que nos reencontremos.
Muchas gracias.
Antorelo:
ResponderEliminarLa obra va para largo. No es en casa, sino en el campo. Por ahora va bien.
Me alegro mucho de volver.
Michas gracias.
Negrevernis, la segunda parte la dejo a gusto del consumidor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me llena de orgullo y satisfacción.... buen que me alegro verte de nuevo leches... dime una cosa, donde le clavo el cuchillo?
ResponderEliminarAmigo! Que alegría tenerte de vuelta :) Y como siempre, tan impactante tu historia! la mezcla de sentimientos.
ResponderEliminarEspero que poco a poco volvamos a la frecuencia de antes y deleitarnos con tus escritos!
Un abrazo!
Monsieur, qué grata sorpresa encontrar nuevamente un relato suyo por aquí! Se le echaba de menos. Me alegra verlo de regreso.
ResponderEliminarY veo que vuelve usted cuchillo en mano! Menudo final nos deja. Las dudas del protagonista nos las ha pasado a nosotros ahora.
Feliz dia, monsieur
Bisous
Que buen regreso Perikiyo, ya se te extrañaba ;)
ResponderEliminarEfectivamente, el relato salió hace un año. El hospital donde transcurre la historia está ubicado en un paseo marítimo a 20 metros de la playa. Si tienes tiempo y ganas, lee las entradas "El encuentro" y "Otra visión del encuenyro anterior", en ese orden. Me gustaría conocer la opinión tan buen buen maestro como eres.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Te ha faltado poner continuará...
ResponderEliminarBiuen relato con el suspense incluído com siempre.
Acabo de regresar y me he encontrado con la agradable sorpresa de vuelta al ruedo.
Me alegro que estéis bién.
Un abrazo
Encantado de volver a pasar por tu casa.
ResponderEliminar¡Dios, que tensión! imagino a Ricky mirando hacia abajo, viendo la cara distorsionada reflejándose en el cuchillo poco antes de esa mirada con la que acabas el relato.
Un saludo :)
¡Bieeeeeeeeeen! ¡Ya has vuelto!
ResponderEliminarBesitos.
Lourdes.
Óscar, tú decides dónde le clavó el cuchillo, si es que se lo clavó. ;)
ResponderEliminarGracias.
Akanesita, seguro que poco a poco, podremos reemprender viaje juntos.
ResponderEliminarGracias por acudir.
Saludos.
Madame, es cierto que traslado las dudas del protagonista a los lectores. En ese sentido, mi postura es cómoda.
ResponderEliminarMe alegra mucho tenerla por aquí.
Bisous.
Gracielawer, yo también echo de menos a muchos de vosotros.
ResponderEliminarEspero ir reencontrándome con vuestros escritos.
Un beso.
Katy, siempre es un placer tu presencia por aquí.
ResponderEliminarBesos.
Hola, Explorador.
ResponderEliminarCiertamente, es un momento tenso. Una encrucijada en la que es difícil decidir. Al fin y al cabo, siempre puede parecer un accidente.
Saludos.
Lourdes, qué bueno verte por aquí.
ResponderEliminarUn beso, guapa.
Hay un par de cuestiones en mi blog para ti;)
ResponderEliminarhttp://katy-pasitoscortos.blogspot.com/
Es un pequeño reto que si no te apetece puedes rechazar, pero me encantaría no lo hicieras
Un beso
Holaa, cuanto tiempo, me alegro de tu vuelta y como siempre intrigante historia con un final especulador para todos los que te leemos, siempre sorprendes...
ResponderEliminarMuaks.