Hace 8 horas
Publicado por
Perikiyo
El paciente atravesó la puerta de la consulta con paso lento, colgó su sombrero y su abrigo en el perchero y se tumbó en el diván.
Me temblaban las manos y sudaba sin parar. Nunca había tratado a alguien así.
Tragué saliva, respiré hondo y traté de actuar con la mayor naturalidad posible.
–Y bien, –comencé a hablar, casi sin voz– ¿en qué puedo ayudarle?
–Ya no soy el que era, doctor. –Su voz sonó rotunda, pero inofensiva, como un trueno lejano.–Durante mucho tiempo, tuve mucho poder. Tenía comprados a muchos policías, políticos, jueces, militares, hombres de negocios... gente importante. Todos me temían. Tenía el mundo en mis manos. Hasta los niños tenían pesadillas, si les hablaban de mí. Mi maldad me hizo temido y respetado al mismo tiempo.
–¿Eso ya no es así?– pregunté, tras un silencio prudencial.
–No, doctor, – se lamentó –, las cosas no son como antes. Si sale usted a la calle, podrá encontrar, en cada esquina, más maldad de la que yo pueda administrar. Nómbreme en cualquier sitio y verá cómo se ríen de usted. Muy pocos me temen ya. Para alguien como yo, no ser temido es, casi, como no existir. ¿De qué me sirve llevar la vida que llevo, si nadie me tiene miedo?. En fin, doctor. No le quiero aburrir. Sé que no puede solucionar mi problema y creo que no ha sido una buena idea venir, pero me ha venido bien desahogarme un poco. Además, seguro que me recupero. Esto es sólo un bache.
Se levantó, caminó lentamente hacia el perchero y volvió a ponerse el abrigo y el sombrero.
–Gracias por escucharme, doctor. –Me dio la espalda y siguió hablando, mientras caminaba hacia la puerta– Aún me queda algo de lo que fui, de modo que, si alguna vez necesita un favor, no dude en avisarme.
Cuando abandonó la consulta, cogí mi pañuelo y, con las manos aún temblorosas, me sequé el sudor de la cara.
A pesar del frío, mantuve las ventanas abiertas durante todo el día. No podía soportar el fuerte olor a azufre.
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paradojas,
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54
comentarios
Uno cosecha lo que siembra... incluso "alguien" como eso.
ResponderEliminarGenial relato.
Besos
Buenísimo como de costumbre. Al principio creí que era Dios por un momento. Ya que en el pasado la gente creía en el por miedo.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Genial! Tus relatos me llevan embebido hasta el final sin poder levantar la vista, para rematarlos con un escorzo que deja un gran regusto. ¡Bravo!
ResponderEliminarYa que nos hemos enlazado mutuamente,¡vengas esos brazos; estos son los míos!
fabuloso me tuviste enganchada hasta el final , un besin de esta asturiana y muchisimas gracias por escribir como escribes y mantenernos en suspenso hasta el final.
ResponderEliminarHola, he llegado a tu blog dando un paseo por el jardín de "Flores", por lo tanto esta mañana tengo que agradeceros a los dos este descubrimiento. Llevo un rato saltando de un relato a otro sin poder parar. Me han parecido interesantísimos, en la línea de los "microrrelatos", y con un desenlace siempre sorprendente. Un millón de gracias por este fantástico rato. Te recomiendo un paseíto por el blog de Guribundis, creo podría gustarte.
ResponderEliminarUn afectuoso saludo
jijiji, si no fuera por ese desagradable olor a veces sería casi agradable, verdad?
ResponderEliminarPero qué razon tiene el pobre diablo: se ha quedado chiquito. Sus discipulos lo han superado, y son tantos que invaden la tierra.
Feliz fin de semana,monsieur
Bisous
Es cierto, Gracielawer. Después de sembrar todo lo que sembró, no se podía esperar otra cosa.
ResponderEliminarUn beso.
Hola, Nacho.
ResponderEliminarPues no, no es Dios. No es bueno creer en nada ni en nadie por miedo.
Gracias y un saludo.
Muchas gracias, Francisco.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo virtual.
Saludos.
Gracias, OZNA OZNA.
ResponderEliminar¿Sabes una cosa? no he conocido a ninguna asturiana mala. ¿Por qué me caeréis tan bien las de aquellos lares? Debe ser que allí hay buena agua, buena comida, buena gente, o todo junto.
Es un placer recibirte en Barataria.
Hola, "Anónimo".
ResponderEliminarMuchas gracias por pasear de relato en relato.
Para mí es todo un elogio.
En cuanto al blog de guribundis, intentaré encontrarlo. Creo que no será difícil, a pesar de que no me has dejado ningún enlace.
Saludos.
Madame, no sé si resulta agradable, pero un poco de pena sí que da, el pobre.
ResponderEliminarEs cierto que, en comparación con algunos, el diablo puede parecer un angelito.
Bisous.
Perikiyo, el relato te atrapa desde el principio, a medida que lo lees te va sugiriendo una historia y, al final, le das un giro y creas un desenlace sorprendente. Ya sabes que me encantan tus relatos: cómo los planteas, los desarrollas y los terminas. Estos relatos breves son muy difícil de construir porque en poco espacio tienes que desarrollar una historia completa e intentar atrapar al lector. Y esto lo haces tú con maestría.
ResponderEliminarRespecto a tu comentario en tijerasdepapel, te diré que a lo que tú planteas lo llamo yo envejecer con dignidad, algo en lo que estoy de acuerdo contigo.
Saludos
Hola,
ResponderEliminarEn cuanto al enlace de Guribundis que veo por ahí desde mi blog puedes acceder...
En cuanto al relato das una patada al suelo y salen mil cab... y mil hijo... peores que el del psicoanalisis no me extraña y esté de bajón, de todas formas podía haber cambiado de colonia, a Azufre nada menos... je, je, je.
No hay forma de esperarse el desenlace, te lo esperas inesperado y siempre es mas...
Saludos
Por desgracia a este pobre diablo lo superan otros más gordos.
ResponderEliminarHay que leerte de un tirón para llega al desenlace:)
Un beso y que tengas buen puente.
Hola, Antorelo.
ResponderEliminarGracias por tus palabras.
En cuanto a "Tijeras de papel", me alegro de que estemos de acuerdo.
Saludos.
Flores, es cierto. Es más, ni siquiera hace falta dar una patada en el suelo, je,je.
ResponderEliminarRespecto a Guribundis, estaré pendiente. No parece tener mala pinta.
Muchas gracias.
Saludos.
Hola, Laura.
ResponderEliminarRealmente, éste es un diablo venido a menos.
Buen fin de semana para tí también.
Un beso.
Alucinando! Créeme que pensé en cualquier persona menos en esa!. Increíble tu relato.
ResponderEliminarClaro está que, de la maldad solo maldad se cosecha, y lo peor es lo rápido que se expande.
Saludos =)
Perikiyo...
ResponderEliminarY es que el demonio está en el interior del ser humano. Basta mirar en cada esquina, en cada imágen que nos muestran, en cuanta traición y rencor..., que ni siquiera el mismísimo Diablo, ese personaje inventado por la Iglesia Católica es capaz de igualar. Reflexivo y como siempre genial relato, amigo.
Un abrazo
Me gustan tus escritos. Pasaré por ésta página para disfrutar un poco. Beso
ResponderEliminarHola, Akanesita.
ResponderEliminarTal vez deba reciclarse y volverse bueno. Seguro que así, tendría menos competencia. ;)
Saludos.
Gracias, Félix.
ResponderEliminarTal vez, seamos malos por naturaleza, aunque el entorno nos puede volver buenos, ...o viceversa ...no sé. Me voy a pensar un rato.
Un abrazo.
Pues sí, querido amigo.
ResponderEliminarParece que el formidable, grandilocuente, malo malísimo diablo-lucifer-demonio se ha quedado corto al lado de tanta escoria que nos rodea.
Qué bonito como siempre el relato... aunque que sepas que yo creía que estabas hablando de Mouriño, jijiji (que no se me ofenda ningún madridista, entre ellos tú, eh?)
Besazos mil y feliz descanso de puente. Yo ando tan acatarrada que me temo que más que puente esto se me va a quedar en un humilde acueducto, o algo. Jo :)
...excelente¡¡..se disfruta desde su inicio y finaliza con un estupendo sabor. Muy reflexivo. Un placer leerte Perikiyo. Saludos
ResponderEliminarRamón
Paso por tu blog y me encuentro con relatos cortos que me gusta leer.
ResponderEliminarSeguiré visitándote.
Saludos.
Ay, Elena... Mouriño es mucho más perverso que el diablo, ...dónde va a parar, je,je. Aunque tú, a veces, no te quedas atrás, ¿eh? ;)
ResponderEliminarNo te preocupes. Soy madridista, pero el fútbol no me quita el sueño.
Siento mucho que estés pachucha. Date una buena dosis de leche con miel, calorcito y descanso.
Mil besos, querida amiga.
Teresa, muchísimas gracias.
ResponderEliminarTienes las puertas de Barataria abiertas de par en par.
Saludos.
Hola, Ramón.
ResponderEliminarGracias por tus palabras.
Que pases un buen puente.
Saludos.
Marinela, será un placer recibir las visitas de una artista como tú.
ResponderEliminarMe gustan tus pinturas. Te envidio.
Un beso.
Hubiera jurado a la tercera línea que hablabas del hombre del saco... ;-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay un dicho en mo tierra que dice "No pintes al diablo en las paredes que aparece"
ResponderEliminarComo siempre genial tu relato entrevelado y con un final insopechado:)
Indudablemente que El diablo vende, y resulta tentador meterse el mundo de las sombras, aunque a mi no me apetece saber nada de él.
Un beso
Negrevernis, entonces casi me has pillado. ;)
ResponderEliminarPor ahí hay quien ha dicho que se trataba de Mouriño.
Un abrazo.
Hola, Katy.
ResponderEliminarPues hay quien dice que hay que tener amigos, hasta en el infierno.
Bueno, mejor no saber nada de él. No son buenas las malas compañías.
Un beso.
Un relato profundo, inquietante.
ResponderEliminarun placer pasar por tu casa.
que tengas una feliz semana.
un abrazo.
Excelente relato Peri :)
ResponderEliminarSaludos
PERIKIYO, eres un fenómeno. Magnífico relato de intriga con final sorprendente. Hacía tiempo que no te visitaba, pero ya normalizo las visitas a los amigos. Un besazo.
ResponderEliminarNi siquiera tú, Perikiyo, te has dado cuenta de que el psicoanalista es Dios.
ResponderEliminarYa nos dijo Saramago que el poderío de cada Demonio mengua en la medida en que mengua el poder del Dios del que es Contrario. Esa metáfora me gustó (está en "Evangelio según Jesucristo"). Cuanto menos Dios, menos diablo, cuando más diablo, más Dios: porque, al parecer, uno y otro se necesitan. No me digas que no es para un psicoanálisis...
Enhorabuena por tus relatos.
Será que los discipulos superaron al maestro? Da escalofríos pensarlo. Excelente relato, besos!
ResponderEliminarMuchas gracias, Ricardo.
ResponderEliminarEs un placer recibirte en Barataria.
Vuelve cuando quieras.
Saludos.
Gracias, Elisa.
ResponderEliminarBesos.
Hola, Meg.
ResponderEliminarMe alegra verte por aquí. Es cierto que ya hacía tiempo que no dejabas tu impronta en Barataria.
Siempre es un placer.
Besos.
Hola, Miguel de Esponera.
ResponderEliminarYo no tengo que darme cuenta de nada. Sé muy bien lo que he escrito. Este relato, como todos los que aparecen en mi blog, lo he parido yo, no Saramago. Eres muy libre de dar la interpretación que estimes oportuna. De hecho, una buena parte de mis escritos, están abiertos a muchas posibilidades de interpretación que pueden variar, dependiendo del lector.
"Evangelio según Jesucristo", debería haberse titulado "Evangelio según Saramago", pero ese es, al fin y al cabo, mi punto de vista y no tiene por qué coincidir con el de nadie más.
Si, según tú, -o mejor, según Saramago- Dios y el Diablo tienen sus fuerzas equilibradas, en tanto en cuanto se necesitan mutuamente para subsistir, no creo que uno de ellos temblase o sintiese miedo al hablar con el otro.
Agradezco enormemente tu visita, tu comentario y tu elogio.
Considérate, siempre, bienvenido a Barataria.
Hola, Cris.
ResponderEliminarEs posible, amiga. Es posible.
Besos.
¡¡Aaaaaay lagarto,lagarto niño!!
ResponderEliminarYa lo digo en mi blog, todos recogemos lo que sembramos, y me parece a mi que este no sembró nada bueno...
Un abrazote.
Perikiyo, ni suscribo personalmente la teoría del diablo de Saramago (que es pura literatura, y no teología), ni te reproché no darte cuenta de algo. ¡No faltaba más! Lo que pretendía era "sic et simpliciter" acusar recibo de tu buen relato, prolongando el juego.
ResponderEliminarCeferina, es cierto que lo dices en tu blog. Justo debajo del cuadro de seguidores. ;)
ResponderEliminarUn beso.
Miguel, no me lo había tomado como un reproche. Simplemente expreso que, quien tiene o no que darse cuenta de algo, es el lector que tenga a bien asomarse por aquí, dando rienda suelta a su imaginación y su criterio.
ResponderEliminarDe nuevo, muchas gracias por venir.
Jajajajajajajjaj pobre Diablo, ya nadie lo necesita. Desde que vivimos en la época de la banalidad del mal (hasta eso lo hemos trivializado) no hace falta ser nadie para poder saber sobre el mal. Basta la ignorancia, la estúpida crueldad, el abuso.
ResponderEliminarUn abrazo :)
Te deseo unas felices fiestas con los tuyos y que el año 2011 sea muy bueno para tí.
ResponderEliminarUn beso.Laura
Hola!!
ResponderEliminarPermiteme presentarme soy Melannie, administradora de un directorio de blogs, visité tu sitio y está genial,
me encantaría poner un link de tu blog en mi sitio web y así mis visitas puedan visitarlo tambien.
Si estas de acuerdo no dudes en escribirme a melannieagurto@gmail.com
Éxitos con tu blog.
Un Saludo
Melannie.
Gracias por la felecitación. También yo deseo lo mejor para ti y para los tuyos en estos días y en el nuevo año.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
Hola PeriKiyo, Vengo a desearte unas felices fiestas y que el año nuevo venga lleno salud y felicidad para tí y los tuyos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Vengo a dejarte un fuerte abrazo y mis mejores deseos de amor y prosperidad para vos y los tuyos, ¡Feliz Navidad!
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