Cuando sonó la estridente sirena, todos corrieron a ocupar sus puestos.
Felipe se sentó a los mandos del rojo camión de bomberos, algo que nunca había podido hacer, hasta aquel caluroso verano de 2009.
Era su momento. Un escalofrío le recorría la espalda. Apretó fuertemente el volante y el vehículo echó a andar.
Durante el camino, a Felipe le rondaban mil ideas en la cabeza. Pensaba en la cantidad de veces que había imaginado ese momento; en la magnitud del incendio con el que se iba a enfrentar; en la gratitud de las personas a las que iba a salvar; en qué pensaría Clara, si pudiera verlo.
Entre luces nocturnas, bullicio y sonido de sirenas, el camión se detuvo. Había llegado a su destino.
Cuando Felipe bajó del vehículo, era consciente de que todo lo vivido hasta ese instante, había sido un simple aperitivo.
Había llegado la hora de enfrentarse a su mayor reto.
Estaba decidido a montar en la noria.
aay que lindo, me hiciste recordar esa cosquillita emocionante que me provocaban los juegos mecánicos, o como cuando me lancé del bungee, woooooow :D
ResponderEliminarsaludos, ya extrañaba tus relatos!
jijiji, que malo es usted!
ResponderEliminarBueno, si uno se marea tanto como yo, hay que echarle valor. Pero si ademas se le echa fantasía, todo resulta mucho mejor. Con ella uno puede ser bombero a bordo de un tiovivo.
Buenas noches, monsieur
Bisous
Genial Perikiyo!!!, esa sensación que te transmiten los niños en una feria es impresionante. Con qué ilusión lo disfrutan todo.
ResponderEliminarMuchos besos.
Perikiyo...
ResponderEliminarComo siempre no dejas de sorprender amigo. Me imagino a Felipe entre el bullicio de la Calle del Infierno dispuesto a montarse en la Noria, jaja, que bueno.
Un fuerte abrazo
Incríble final, pero yo que tengo la experiencia no se que es peor, ir en un camión de bomberos y subirse a una noria cuando se tiene vértigo.
ResponderEliminarComo siempre, eres una caja de sorpresa. Según te iba leyendo se iban ocurriendo catidad de respuesta y finales, meno la tuya:)
Enhorabuena una vez más
Un beso
¡¡¡Qué grande eres Perikiyo!!!!
ResponderEliminarMe ha encantado... eres único dando giros inesperados a tus relatos. Y me gusta también porque habla de niños, de sueños, de retos y de norias. Bendito tú eres porque tienes la capacidad de conservar al peque que fuiste y que (estoy segura) aún está muy vivo dentro de tí...
Mil besos de colores y un viaje en la carroza de Cenicienta, que siempre fue mi favorita. Me acompañas?
¡ Que bonita historia Perikiyo !
ResponderEliminarMe lo imagino ahí en su coche de bomberos tan orgulloso pensando en su chica... es que los niños son increibles y a imaginar no les gana nadie. Deberiamos aprender de ellos.
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*Un niño puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado y a saber exigir con todas sus fuerzas lo que desea.
(Paulo Coelho)
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Un abrazo.
Bien por él!!!
ResponderEliminarYo todavía no he reunido el valor. Algún día lo conseguiré.
Me gustó mucho, Perikiyo. Saludos.
Perikiyo, prefiero que no publiques este comentario. La calidad de este relato está muy por debajo de la de los dos anteriores; puede que al ser muy alta la de los dos últimos, este quede algo deslucido. Esta es mi sincera opinión. Mejor no publiques este comentario, gracias
ResponderEliminarUn saludo.
Me encantan los desenlaces de tus historia, hace poco fuí a una feria y mi hija me hizo de subirme en casi todo, a ella le encanta y no es muy mayor, debía desubir acompañada y yo detesto todo lo de las ferias, la noria, el pulpo...
ResponderEliminarSaludos
Hola, Gracielawer.
ResponderEliminarTodos hemos sentido esa cosquillita. Aún podemos sentirla.
Saludos, amiga.
Madame, tiene usted razón. La fantasía puede ser el motor de la felicidad.
ResponderEliminarY no soy malo. Si tengo un corazón, que es una casa de vecinos, ji,ji.
A sus pies.
Desde luego, Nikkita.
ResponderEliminarCuando veo la cara de mis hijos, a bordo de cualquier artilugio de feria, me doy cuenta de la intensidad con que viven sus ilusiones.
Besos.
Félix...
ResponderEliminarSí, hecho un valentón, más ancho que largo, je,je.
Un abrazo.
Hola, Katy.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Cada vez es más difícil sorprender. Si es que vais a pillarme, je,je.
Besos.
Estoy de acuerdo...montar en la noria es lo mas fuerte....¡que vértigo! jajajajaja
ResponderEliminarMuy bueno Perikiyo.
Un beso
Elena...
ResponderEliminarEl niño que fuí, ha despertado de su letargo, gracias a las dos personitas que siempre tengo correteando a mi alrededor.
Por supuesto que te acompaño en la carroza de Cenicienta. Seguro que lo pasamos bien, como aquella vez que jugamos a botones. ¿Te acuerdas?
Si después, me encuentro tirado un zapato de cristal, ya sabré a quién pertenece.
Un millón de besos, amiga mía.
Hola, Ceferina.
ResponderEliminarTienes mucha razón, en lo que afirmas sobre los niños.
Paulo Coelho, también.
Gracias por estar ahí.
Un beso.
Hola, Almalaire.
ResponderEliminar¿Aún no lo has conseguido? No te preocupes. Seguro que lo logras algún día. Cuando lo hagas, verás que no era tan difícil como imaginabas.
Muchas gracias.
Saludos.
Anónimo...
ResponderEliminar¿Por qué piensas que tu comentario no debe ser publicado?
El hecho de que consideres que mis dos relatos anteriores tenían mucha calidad, ya es todo un halago para mí.
Lo que lamento, es que te escondas tras el anonimato. Me gustaría saber a quién estoy dando las gracias por su sinceridad.
Un saludo, seas quien seas.
Hola, Flores.
ResponderEliminarSi es que, los que tenemos hijos pequeños, nos vemos en situaciones, en las que ya creíamos que nunca nos íbamos a volver a ver. Todo sea por esas preciosas personitas.
Un abrazo.
Hola, Cuchu.
ResponderEliminarPues a mí, la noria, me encanta. Y cuanto más grande, mejor. Je,je.
Muchas gracias, amiga.
Un beso.
Gracias por ofrecernos estos relatos tan interesantes. Me gusta lo que escribes, amigo.
ResponderEliminarUn saludo.
Se lo dedico a mi marido, que tiene terror a los juguetes de feria...
ResponderEliminarYa echaba de menos una entrada tuya.
Un abrazo.
Me encanto recordar ese instante en el que corriamos para montar lo que mas nos ilusinaba, y por supuesto el reto de pasar de tiovivos a verdaderas atracciones de riesgo...para despues ver a nuestros hijos en las mismas situaciones y compartir con ellos...Como siempre, emocionantes tus relatos...
ResponderEliminarMuaks.
Muchas gracias, Antorelo.
ResponderEliminarA mí también me gusta lo que escribes tú.
Saludos.
Negrevernis, dedicado queda.
ResponderEliminarMuchas gracias. La verdad es que, últimamente, no tengo mucho tiempo libre.
Un abrazo y feliz fin de curso. ;)
Hola, Alalba.
ResponderEliminarCuando veo a mis hijos, ilusionados, viviendo cada instante sobre cualquier atracción de feria, vuelvo a ser el niño que fui.
Un besazo.
Supiste reflejar en el relato esa sorprendente imaginación de los niños, la capacidad de abstraerse y vivir en su mundo, muy bien, me gustó mucho.
ResponderEliminarCariños
Hola Perikiyo!! Me encantan tus relatos con esos finales sorpresivos. Muy bueno como siempre.
ResponderEliminarBesosssss
Celebro que el relato te haya gustado, no soy "escritor", es decir, me limito a describir lo que podíamos denominar "estampas cotidianas de la vida"; lo que ahí se cuenta así es como ocurrió. Al decir que no soy "escritor"(como tu lo eres) es que sería incapaz de sacar ese texto de la nada.Me limito a describir situaciones vividas. En los textos anteriores ocurre lo mismo. En fin,no quiero cansarte más. Gracias por leerme y enhorabuena por tus excelents relatos.
ResponderEliminarAnónimo...
ResponderEliminarAgradezco tus palabras, seas quien seas.
Saludos.
¡Hola, Gabi!
ResponderEliminarMuchas gracias por estar siempre ahí.
Un besazo.
Antorelo, eso de escritor, me viene muy grande. Más quisiera yo ser escritor.
ResponderEliminarMe limito, simplemente, a crear pequeñas historias, lo mejor que puedo. Me gusta, disfruto haciéndolo.
Tú haces lo mismo. Al fin y al cabo, salvo que escribamos "El Señor de los Anillos", todo lo que reflejemos en nuestros escritos, estará basado, de una forma u otra, en situaciones vividas.
No te preocupes, no me cansas.
Saludos, amigo.
Hola Perikiyo!
ResponderEliminarQué bonito ir descubriendo de nuevo la vida a través de la mirada de los niños, están llenos de imaginación y fantasía.
Fantástico como siempre!
Un beso
Claro que sí, Grandolina.
ResponderEliminarImaginar es gratis. La fantasía es algo que nunca nos pueden quitar.
Un beso, amiga.
me recuerda cuando llevo a mi hijo al carrusel, un día es un caballero en su caballo y luego un piloto de avión... genial
ResponderEliminarHola, Oscar.
ResponderEliminarLos niños tienen la capacidad de vivir sus fantasías.
Saludos.
Cada una de sus historias me parece maravillosas! Increíble como nunca me cansaré de leerlas y cada una trae algo diferente a la otra y simplemente genial!.
ResponderEliminarHermosa descripción de la visión de los niños ante el mundo, cuando dejábamos que nuestra imaginación nos dejara disfrutar de las mas increíbles aventuras! Ojala mientras maduremos, podamos seguir teniendo este espíritu infantil :)
Saludos, amigo =)
Hola Reto.
ResponderEliminarYo que soy conductor de ambulancias
te dijo que lo cuentas tal y como es, nervios y adrenalina en realidad es asi.
Pero tu final es estupendo, que bueno ja,ja,ja, me encanta estos finales.
Un abrazo Amigo Reto.
El Candil.
Hola, Akanesita.
ResponderEliminarEchaba de menos esa época de mi vida, en la que el juego se convertía en realidad; en la que los sueños aparecen sin necesidad de dormir: la infancia. Por eso escribí esta historia.
Qué pena que, cuando somos niños, no seamos conscientes de que ese mundo de sueños terminará.
Ahora, lo echamos en falta.
Saludos, amiga.
¡Hola, Candil!
ResponderEliminarNunca he ído a bordo de un ambulancia, a toda velocidad. He tratado de imaginar qué sentirá un conductor en esos momentos, y lo he plasmado en el relato. Me alegro de haber acertado con las sensaciones.
Muchas gracias por tu visita. Bienvenido a Barataria.
P.D.: Por cierto, El Reto es el título del relato. Mi nombre es Pedro, aunque en la blogosfera se me conoce como Perikiyo. En fin, puedes llamarme como quieras.
Saludos.
Vengo a dejarte mis felicitaciones en el día de tu santo. San Pedro es el patrón de mi ciudad, así que imposible no acordarme de tí en un día como hoy...
ResponderEliminarFelicidades, querido Perikiyo. Y un beso tan grande como el mar.
Elena, muchísimas gracias.
ResponderEliminarEs gratificante que alguien se acuerde de tí. Sobre todo, si es alguien tan especial como tú.
Gracias por todo el cariño que me demuestras siempre.
Un gigantesco beso, querida amiga.
Jajajajajajaj, que bueno, espero que no se marease, su valentía lo merece :DDD
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, Explorador.
ResponderEliminarPues sí, su valentía lo merece. Je,je.
Saludos.
MIL GRACIAS POR SU VISITA A MI BLOG Y POR HACERSE MI SEGUIDORA
ResponderEliminarYO AQUI ESTOY VISITANDOLOS Y PARA HACERME SU SEGUIDORA CON MUCHO GUSTO YA QUE ME ENCANTO SU BLOG
YA SABE CUANDO GUSTEN VOLVER A MI CASITA-BLOG LA PUERTA SIEMPRE ESTA ABIERTA PARA LOS AMIG@S
feliz jueves!!!
besos y abrazos :o)
Sabes?
ResponderEliminarRecuerdo que hace ya algún tiempo leí un comentario tuyo que le hiciste a Onm en su mundo de palabras insolentes y llamaste mi atención. Te seguí el rastro hasta tu Barataria, paseé, olí, ví...
Y cuando leo cosas como estas me digo a mí misma: por eso aquel día te quedaste.
Me ha gustado mucho, Pedro.
Besos.
Hola, Blanca.
ResponderEliminarGracias a tí.
Bienvenida a Barataria.
Un beso.
Hola, Mar.
ResponderEliminarNo sabes cuánto agradezco tus hermosas palabras. Estoy encantado de que pasees, huelas, veas y dejes tu preciosa huella por mi particular Barataria.
Se echa de menos al bueno de Onm, ¿verdad?
Besos, amiga.
Hola Perikiyo paso a desearte un feliz verano no quería irme sin más. Cierro los blogs temporalmente por vacaciones. Tengo que estar más con la familia y cosillas pendientes que arreglar. Asi también pongo a descansar mis neuronas.
ResponderEliminarCuidate, te deseo lo mejor y disfruta todo lo que puedas. Cuando me conecte pasaré a saludarte. Espero todo os vaya a ti y a tu familia.
Un beso
Besos
¡¡dELICIOSO RELATO!!. Perikiyo, te vas superando. Consigues unosa finales de antología. Enhorabuena.
ResponderEliminarEchaba de menos visitarte. Un beso.
Gracias por la visita, Katy. Te deseo unas felices y relajadas vacaciones.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, Meg.
ResponderEliminarYo echaba de menos tus visitas.
Besos.
Mi mas sincera felicitación por éste bonito, y emotivo relato, lleno de ilusión, ante una nueva experiencia. Me ha gustado mucho. Feliz Miercoles. Cordial saludo.
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