Nuevo premio.




Gabriela Maiorano, excelente contadora de historias, que nos regala sus maravillosos relatos y  sus profundas y sentidas reflexiones, a traves de su magnífico blog , ha tenido a bien entregarme este premio, que luzco orgulloso en mi Barataria particular.

Este premio conlleva algunas responsabilidades, y es que tengo que seguir unas normas. A saber:

  • Nombrar a quien te lo ha dado: Gabriela Maiorano.
  • Autor que nunca leerás: Danielle Steel.
  • Algún libro u otra cosa que te interese leer: Tengo en mi mesita de noche "El corazón helado" de Almudena Grandes.
  • Algo que odias: Las telenovelas, los mensajes SMS, las motos ruidosas.
  • Entregas el premio a:
  1. Prinpicessa, del blog  http://elmundoperdidodeunaprincesita.blogspot.com. Curiosamente, la imagen del premio es la que ella tiene en su perfil.
  2. Alalba, del blog  http://alalba-1.blogspot.com/, en el que podemos sumergirnos en un mundo de pasión, vida, verdad y sentimientos, todo ello expresado mediante bellos poemas que enriquecen el alma.
Muchas gracias, Gabriela, por tu premio.


27 de Septiembre de 2006.

Hay fechas que no se olvidan, pues acogen acontecimientos que quedan grabados a fuego en el alma.
El 27 de septiembre de 2006, sucedió uno de esos acontecimientos. Fue en un hospital.
Nunca me han gustado los hospitales. Son fríos, mal decorados y poco acogedores. Feos por dentro y por fuera.
El ambiente que se respira en ellos es sofocante. Los pasos suenan con un tétrico eco. Las puertas tienen las visagras mal engrasadas y gruñen al abrirse y cerrarse. Las ruedecitas de las camillas chirrían. Los tubos fluorescentes que iluminan las estancias parpadean. Los hospitales albergan miedos, incertidumbres, nerviosismo, hastío y tristeza. La gente suele mostrar un rictus serio cuando está en ellos.

El 27 de septiembre de 2006, yo estaba dentro de un hospital, esperando. Esperaba un sonido. No el gruñido de una puerta, ni el chirrido de las ruedas de una camilla, ni el tétrico eco de los pasos de la gente, ni el pequeño chasquido que emiten los tubos fluorescentes cuando parpadean.  Yo esperaba otro sonido.

Pasados algunos minutos de las diez de la mañana, lo escuché. Al fin llegó. Un sonido agudo, insistente, repetitivo, enérgico, esperanzador. El llanto de mi segundo hijo. La espera había terminado. El objetivo estaba cumplido. Las dudas, despejadas. Poco rato después, unos pasos, que ya no hacían eco, se me acercaron. Era una enfermera que, con una tierna sonrisa, me entregó el bebé, al tiempo que me informaba de que todo había salido bien. La cesárea había transcurrido con normalidad. La mamá se encontraba perfectamente. Sólo tenía que recuperarse un poco de la anestesia. La enfermera se fue.

Mi hijo y yo nos quedamos solos en aquella habitación, empezándonos a conocer.   Yo ya no sentía miedo, ni incertidumbre, ni nerviosismo, ni hastío ni tristeza.
Estábamos en un hospital en el que, de repente, los tubos fluorescentes dejaron de parpadear, las visagras de las puertas ya no gruñían y las ruedas de las camillas no chirriaban.
El 27 de Septiembre de 2006, me gustó el hospital.

José María:  hoy cumples tres años.
¡Felicidades!




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Cuento de niños.

Hacía frío. Eran las nueve de la noche. Luis llegaba a casa tras un duro día de trabajo. Desde dentro del hogar, el sonido de los pasos de Luis aumentaba a medida que se iba acercando a la puerta. Se produjo una breve pausa.
Sonó el tintineo de un manojo de llaves y ese suave redoble que se produce cuando una llave penetra en su cerradura. Dos golpes secos y la puerta se abrió.
Todos esos sonidos eran muy familiares para Pedro, el hijo de seis años de Luis. Cada día, cuando se acercaba la hora, estaba atento a la llegada de su padre para darle un efusivo recibimiento.
Antes de que a Luis le diese tiempo a sacar la llave de la cerradura, el niño ya corría hacia el portal de su casa, con los ojos muy abiertos, luciendo amplia sonrisa, con los bracitos extendidos para abrazar a su padre.
    -¡Papá!- gritó Pedro mientras saltaba hacia su padre, que lo abrazó en pleno vuelo.
    -¡Hola, mi pequeño!-Luis apretó a Pedro contra sí, mientras éste reposaba la cabecita sobre su hombro.
El abrazo duró unos segundos, durante los que padre e hijo se sintieron recompensados tras el ajetreado día.
Después Luis bajó al suelo a su hijo.
    -Déjame cerrar la puerta, hijo, que se va el calor de la calefacción.
    -¿Me lo has traído?-preguntó Pedro con una sonrisa cómplice.
    -Bueno...-poniéndose en cuclillas y urgando en el bolsillo de la chaqueta- déjame ver... ¡Hombre, aquí está!. Toma.
    -¡Bieeeeen! ¡Es el último que ha salido, el más evolucionado!-Gritó Pedro mientras apretaba en sus manos un extraño muñeco de los pokémon.
Padre e hijo se volvieron a abrazar y se encaminaron hacia el salón, donde Matilde, esposa de Luis y madre de Pedro, les esperaba sentada en un mullido sofá, viendo la televisión. Padre e hijo se acomodaron junto a Matilde, que besó cariñosamente a Luis.
Matilde trabajaba hasta las tres, pero ese día trajo trabajo a casa y extendió un par de horas más su jornada laboral.
Luis había hecho muchos kilómetros. Había comido fuera, pero, finalmente, estaba en casa.
Pedro, cuando salió del comedor del colegio, asistió a clase de kárate en el gimnasio de la esquina. Después, ya en casa, se duchó, merendó e hizo los deberes.
Los tres estaban cansados, pero contentos por haber llegado el momento de la cena. De la tranquila conversación. Del relato de las anécdotas del día.
Formaban una familia normal y agradable. Aquél era un hogar como la mayoría de los hogares del vecindario.
--ooOoo--
Lo que he relatado aquí me resulta bastante familiar. No es autobiográfico, pero muy similar a lo que yo vivo y, seguramente, a lo que vivís o conocéis los que lo habéis leído.
Por eso he tardado diez minutos escasos en escribirlo. Son cosas cotidianas, que pueden ocurrir en mi casa o en la de cualquiera de mis vecinos.
Sin embargo, he intentado hacer el mismo relato, con los mismos personajes, pero en un lugar distinto. He tratado de situar a Luis buscando chapas en un estercolero para tapar las goteras de su chabola; a Matilde cargada de hijos intentando abrigarlos con harapos; A Pedrito fabricando adobes de barro durante 18 horas al día.
Pero me he dado cuenta de que tardaría mucho más de diez minutos en escribir esa historia, pues esas circunstancias -mea culpa- no me son familiares. Eso no significa que no existan. Millones de familias en el mundo viven en unas condiciones que se alejan mucho de las de la familia que he presentado aquí.
¿Qué magnitud debe tener la miseria de una familia, para desembocar en que un niño de cinco o séis años tenga que trabajar 18 horas al día?
Todos somos el niño que fuimos.
Entonces,quien no ha sido niño nunca ¿quién es?

Foto: Luca Catalano Gonzaga. Fuente: Foto Bazar.

Premios.

Recibo agradecido los premios que se pueden ver a continuación:

Negrevernis, desde Oculimundi, me regala éste:




De nuevo, desde Pasitos Cortos, mi amiga Katy me he regalado este premio:


Desde su blog, "No te duermas sin un cuento", Millz me ha regalado esta pluma mágica:




Mi querida amiga Akanesita!, de Venezuela, entre el dulce sonido de una flauta y una torre de libros de medicina, desde su blog "Acuérdate de Vivir",  me regala este premio:



Mi amiga Cuchu, una creadora de ilusiones y fantasías, a través de sus Cuentos Infantiles, me otorga éste:



Mi nueva amiga Grandolina, desde su blog, "A la luz de tu mirada",  me ha regalado esta preciosidad. Además, está personalizado. Gracias, amiga:



Katy, desde su blog "Tocando otros palillos", -gracias Katy-, me ha hecho este regalo:

 

Nikkita, de Holocausto en Español, -con todos mis respetos hacia los demás, pero me parece el mejor blog de internet-,  me ofrece esta mano que emerge de las profundidades, para expresarse escribiendo.
Gracias, amiga. 






Sagitaire17, desde su magnífico banco de imágenes, Foto Bazar, y Elisa, desde su viajero rincón, "Serendipity, los viajes y lugares del mundo",  me han hecho este regalo:



Principessa, desde su entrañable blog, "El mundo de Principessa", me entrega éste:



Noelia, futura cirujana, desde Argentina, y a través de su blog Noelia Pensando, me ha regalado estos tres:





Gabriela Maiorano, desde sus Reflexiones, Noelia, desde su blog Noelia Pensando  y Katy, desde su blog Tocando otros palillos, me dan este abrazo tan especial:



Nikkita, del magnífico blog Holocausto en Español, ha tenido la generosidad de otorgarme este:



Barataria ha sido designado Blog del día 10 de Noviembre de 2009. Un premio que no esparaba..


Gabriela Maiorano, desde sus Reflexiones, me vuelve a otorgar un regalo. Gracias, Gabi.



Katy, del ameno e instructivo blog Pasitos cortos, me regala éste en forma de fresa. Gracias amiga.



Fabia, del blog Aún sin tener nada claro, y Gabriela Maiorano, me han hecho este regalo:



Katy, del blog Pasitos cortos, siempre amable y positiva, me entrega el que se ve a continuación:



Nikkita, del extraordinario, instructivo y bien documentado blog "Holocausto en Español", me entrega, haciendo gala de su simpatía y generosidad, el siguiente premio:



El que figura a continuación, me lo entregó Gabriela Maiorano, mujer Argentina que, generosamente, nos ofrece un poquito de su vida en su magnífico blog.




Éste proviene del blog Cazadores de palabras, en el que mi amiga *Sechat* derrama su alma en historias inéditas y originales, para que todos bebamos de ella.

De Eva Pardellas, mujer fuerte que sabe sobreponerse de los baches que encuentra en la vida, y que nos abre su corazón a través de su blog The Big Blue


  De Fabia, adorable persona enamorada de sus hijos. Generosa visitante de blogs amigos, y creadora del blog "Aún sin tener nada claro".


Muchas gracias.

Acentos Perdidos. Una cruzada contra la destrucción de una lengua.

Cuando era un niño y asistía al colegio, aprendí, a través de las clases de Lengua, lo importantes que eran las tildes para la correcta comprensión de la palabra escrita. Descubrí un universo de posibilidades y combinaciones que permitían, a través de una simple y pequeña rayita inlinada sobre una de las letras, cambiar por completo el significado de un vocablo.
Por ejemplo:
  • Me pregunto cuando llego
  • Me pregunto cuándo llego
  • Me preguntó cuándo llego
  • Me preguntó cuándo llegó
Curioso y definitivo es el poder que tiene la tilde sobre las palabras.

Desgraciadamente, muchos han olvidado -posiblemente no aprendieron nunca- la importancia de la correcta acentuación de las palabras.

Pero no todo está perdido, aunque sí peligrosamente mermado. Hoy me he topado en un periódico con interesante noticia.

Pablo zulaica Parra, es un vasco afincado en México, que ha desarrollado una interesante iniciativa. Se trata de Acentos Perdidos. Un blog que se encarga de recopilar ausencias de tildes en carteles de la vía pública.
Quien encuentra una palabra cuya tilde ha sido omitida, le coloca una de papel, en la que se explica la norma gramatical que obliga a la colocación de dicha tilde, obtiene una fotografía y puede ser publicada.
Resulta llamativa la cantidad de omisiones de tildes que hay por todas partes. Incluso en famosos logotipos, como el de Telefónica, en el que la tilde se ha evaporado, por arte de diseñador.
Acentos perdidos está creciendo y ya tiene blogs en Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, España, Estados Unidos, Perú, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela.
El de España es de reciente creación, pues funciona desde agosto de este año. Su coordinadora es Garbiñe Álavarez de Pablo, periodista jiennense. A través del blog, se pueden imprimir las tildes que después podrán ser colocadas en el lugar oportuno, siempre superpuestas, sin estropear nada, pues no se trata de realizar un acto vandálico, sino una defensa del correcto uso de nuestra lengua.
Considero muy necesario este movimiento en defensa de las tildes, en estos tiempos de horribles atentados lingüísticos, sobre todo en los impersonales , imprensentables y estúpidos mensajes SMS de palabritas abreviadas y reinventadas, hacia los que profeso un profundísimo odio.
 
Garbiñe Álvarez de Pablo. Foto: Diario Jaén.

Salvemos nuestros bosques, respetemos nuestro medio ambiente, protejamos nuestro planeta, pero, por favor, cuidemos también nuestra lengua. Que Cervantes no se revuelva en su tumba y pueda descansar en paz.

Alzheimer

Guadalupe, mi abuela materna,  murió de Alzheimer. Tuvo una vida larga, con tiempo para sufrir, odiar, luchar, amar, gozar, trabajar y descansar. Vivió una república, una guerra, una posguerra, una dictadura, una transición y una democracia. 
Pero sus últimos días, sus últimos meses, vivió sin vivir. Su enfermedad borró todos sus recuerdos. No sabía quién era ella, quiénes eran los que la rodeaban, quíen era su marido, quiénes eran sus hijos y sus nietos. No tenía vida que recordar. Ni bueno, ni malo. 
Si le daban de comer, comía. Si no, no.
El cerebro le fue degenerando hasta que sólo podía dar a su cuerpo la orden de respirar. Un día, también olvidó eso y falleció.
Según he leído hoy en un diario, dos grupos de científicos, uno en Francia y otro en Reino Unido, acaban de identificar tres nuevos genes, cuya actividad está directamente relacionada con el Alzheimer. Se trata del mayor avance en la lucha contra esa enfermedad en los últimos quince años. El hallazgo podría desembocar en una reducción del 20% de los casos de este fatídico mal. Señores científicos: sigan trabajando, por favor.
Me da miedo el Alzheimer. Cuando una persona llega a ser anciana, no da importancia al dinero, ni a las posesiones, ni al lujo, ni a la moda. Sólo importan los recuerdos. La experiencia vital. La historia de lo vivido. Los seres queridos que le cuidan. Los hijos y nietos que dejan constancia de su paso por el mundo.  Uno es lo que ha vivido. Si se pierde eso, no se es nadie. No se es nada.
Cuando la parca me haga su inevitable visita, espero que dentro de muchísimo tiempo, quiero poder mirar hacia atrás. Saber qué está pasando. Saber quién he sido, quién está conmigo, quién me recordará.
Así moriré sabiendo que he vivido. 
Foto: El País.
Tras la sugerencia de mi buen amigo Onminayas, dejo aquí un estremecedor cortometraje que deja patente la crueldad de esta maldita enfermedad. Verlo hiela la sangre.

Grandes voces (5). Ray Charles.

Ray Charles Robinson, nació en Albany, (Georgia). Perdió la vista en su infancia por un glaucoma. Fue autodidacta en el piano, aunque recibió clases de música en braille en la escuela para invidentes St. Augustine School. Al fallecer sus padres, tuvo que ganarse la vida como músico.
Con casi 50 discos en el mercado y 17 premios Grammy en sus vitrinas, tuvo, como casi todo gran artista, una vida controvertida y llena de altibajos. Mantuvo una adicción a la heroína durante 17 años, que abandonó tras su estancia en una clínica de desintoxicación en Los Ángeles. Pasó un año en libertad condicional, tras ser arrestado en 1965.
Trabajó casi hasta el final de sus días. Falleció el 10 de junio de 2004, cuando había vivido ya 73 años.
Este verdadero icono de la música, trabajó con diversos estilos, entre los que predominaban jazz, soul, gospel y una mezcla de los tres, dando siempre un toque personal a su música, sin dejar de respetar el estilo original en el que trabajaba.
Su voz era melancólica, triste, rasgada y nostálgica. Compuso éxitos que siguen estando presentes en el panorama musical actual. Canciones suyas, como "Unchain my heart", han sido versioneadas por otros cantantes.
Apodado "el genio", era, sin duda, un músico portentoso, que consiguió crear una música inmortal.
A continuación se puede escuchar su famosa canción "Georgia on my mind",  una magistral pieza musical, en la que consigue cantar con toda una orquesta detrás, sin que nada desentone; con una total armonía entre el lamento de su voz desgarrada y las decenas de violines; consiguiendo que todo encaje y nada destaque más de la cuenta. Eso es talento.
Después se puede ver el vídeo de una actuación en la que interpreta "Hit the road jack", canción con la que te propongo un reto: escúchala sin mover un sólo músculo. Seguro que no puedes.
Damas y caballeros, con ustedes Ray Charles:




Otras grandes voces en este blog:
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Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico.

Recientemente publiqué una entrada que hablaba de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, a través de la cual se puede acceder a multitud de libros de todo tipo.
Ahora he descubierto otra biblioteca, cuyo valor es incalculable. El Gobierno ha hecho una cosa bien. Ha dejado libre acceso, a través de Internet, a una buena parte del patrimonio bibliográfico español. 
Se trata de la Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico. En ella se puede acceder a casi dos millones de páginas, pertenecientes a más de 7.500 obras de 34 bibliotecas españolas.Todas esas páginas están debidamente digitalizadas y se pueden consultar, ampliar, imprimir y descargar.
En esta biblioteca destaca la valiosísima colección de incunables de la Real Academia de la Historia, obras entre las que destaca, por ejemplo, la Cosmografía de Tolomeo, que incluye un autógrafo del mismísimo Cristóbal Colón.
La Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, incorpora a la biblioteca 525 volúmenes de materia jurídica.
El Ministerio de Cultura aporta 213 libros, entre los que podemos destacar ediciones de Copérnico y Euclides.
 
Página de manuscrito descargado de la BVPB. Siglo X. 
El valioso patrimonio cultural que posee España, debe estar al alcance de todos. A través de esta biblioteca podemos disfrutar de él.
También te puede interesar: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. 
 

La Criosfera. Ya estábamos avisados.

     Desde hace años, bastantes, los científicos nos vienen advirtiendo del peligro que corre nuestro maltrecho y maltratado planeta. El famoso y archireferido "efecto invernadero" se incrementa paulatinamente, provocando un progresivo calentamiento en nuestra atmósfera, que desemboca en  un lento, pero contínuo derretimiento de las zonas heladas de la Tierra.
     La NASA, que dispone de una importante cantidad de satélites de observación, ha elaborado un meticuloso video, en el que nos explica, con imágenes REALES, las consecuencias del calentamiento de nuestra atmósfera en los últimos años. No es un montaje informático. No son dibujos animados. No se trata de una recreación hipotética de lo que podría pasar dentro de unas décadas. Se trata, repito, de imágenes REALES de lo que está pasando en nuestras zonas polares. 
     Un video revelador, a la par que estremecedor.

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Pablo cumple hoy seis años.

En el año 2003, el 1 de Septiembre cayó en lunes. A las 10:36 minutos de la mañana, tras una cesárea programada para ese día, escuché, desde la habitación contigüa al quirófano cómo lloraba mi niño por primera vez.  A los pocos minutos mi amiga Javieri, enfermera y presente en el alumbramiento de mi hijo, acudió con Pablito en sus brazos y me lo entregó para que le diera calor mientras Esther, la maltrecha pero feliz mamá,  se recuperaba un poco de la operación.
Aún recuerdo cómo el bebé lloraba de vez en cuando, pero se calmaba en cuanto oía mi voz; cómo entornaba los ojillos cuando lo acercaba a la ventana y percibía la claridad; cómo le temblaba el labio inferior cuando lloraba.
Hoy se cumplen seis años desde esa primera toma de aire. Parece que fue ayer. Pero no. Fue el 1 de Septiembre de 2003.

¡¡¡Felicidades Pablo!!!

 Pablo con uno de sus juguetes

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