Perdí el vuelo y tuve que pasar la noche en el aeropuerto.
Maldiciendo mi suerte por haber quedado atrapado en el atasco que produjo mi retraso, me acoplé, hecho un cuatro, en una silla de plástico, tan moderna como incómoda.
Los pasos de los transeúntes, producían un eco que rebotaba en aquel gran espacio de cristal y cemento.
La noche recorría su camino lentamente.
El reloj avanzaba despacio, perezoso, torpe, tan cansado como yo. Parecía querer condenarme a una noche eterna.
Pude observar cómo pasaban, una por una, todas las horas nocturnas.
Finalmente, llegó la mañana. Con mucho sueño, un fuerte escozor en los ojos, el cuerpo dolorido y la espalda fría, me dirigí a la cafetería, para poner a tono mi destemplado cuerpo con algo caliente.
Mientras esperaba a que me sirvieran, vi, de lejos, a una joven que caminaba por la gran sala de espera del aeropuerto. No llevaba equipaje. Tenía el pelo rubio. Se le adivinaban los ojos claros. Llevaba unos vaqueros y una camiseta, que dejaban presumir su hermosa silueta.
Hubo un instante, cuando ya se acercó lo suficiente, en que nuestras miradas se encontraron. Entonces ella dirigió sus pasos hacia donde yo estaba, sin dejar de mirarme.
Su belleza y la firmeza con que me miraba, me hicieron olvidar el sueño, el escozor de ojos, los dolores y el frío en la espalda.
Empecé a alegrarme de haber quedado atrapado en aquel atasco.
Sin embargo, a medida que se acercaba, fuí observando detalles que, a lo lejos, no había visto.
Tenía la ropa sucia. Su pelo, aunque rubio, estaba sucio y mal peinado. Bajo sus ojos azules, tenía unas pronunciadas ojeras.
Cuando llegó hasta mí, extendió su mano derecha, con la palma hacia arriba.
Dejando ver algunos huecos donde antes tenía dientes, me hizo una pregunta que me dejó sin palabras.
-¿Tienes algo suelto?
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Durante unos días, he tenido un problema con el ADSL.
Después de quejas, llamadas, reclamaciones y enfados, he cambiado de compañía.
Ahora todo vuelve a su cauce.
Disculpad mi ausencia.
Ah bueno, monsieur, ya decia yo que andaba usted desaparecido!
ResponderEliminarMe alegra que haya solucionado sus problemas y que haya podido regresar con otro de sus buenos relatos.
Estupendo este tambien!
Buenas noches
Bisous
Vaya corte el pobre hombre....debería ir a que le revisen la vista jaja
ResponderEliminarYa me parecía que tardabas mucho en volver a escribir. Me alegro que ya esté solucionado lo del ADSL.
Un beso
Cuando veo una persona en esa situación me pregunto ¿de que me quejo?.
ResponderEliminarMe alegro que vuelvas a estar conectado.
Besinos.
Hola Perikiyo!! Me alegro que hayas solucionado el problema porque extrañaba tus palabras. Me gustó mucho el relato amigo. Empieza aparentemente tranquilo pero como siempre, lográs atrapar hasta un final que sorprende.
ResponderEliminarBesossssss
Hola!! Llevaba días ausente, liada con una expo que terminó esta semana y me ha gustado reencontrarme con tus textos. Un placer volver a leerte.
ResponderEliminarUn beso y buen fin de semana.
Marga.
Hola Perikyllo, yo también me acabo de despertar de un sueño placertetero en una cama cómoda. Y me has hecho dar un respingo porque has descrito a una mendiga del barrio con estas mismas característicass. Por desgracia tu entrada es casi una denuncia. Como siempre has reunido las palabras exactas con la cadencia y ritmo exáctos.
ResponderEliminarUn beso y feliz finde
Sí, Madame.
ResponderEliminarHe pasado un pequeño calvario. Afortunadamente, ya está solucionado. Espero no volver a tener problemas con los voltios, los amperios, las ondas, o lo que sea que produzca esta magia moderna de internet.
Buen fin de semana.
Hola, Cuchu. Bueno, es que cuando se tiene sueño acumulado, la vista traiciona al corazón.
ResponderEliminarBesos.
Hola, Fabia.
ResponderEliminarTienes razón. Yo llemo una semana lamentándome porque no funcionaba bien el ADSL. Hay cosas mucho peores.
Besinos.
Hola, Gabi.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu amabilidad.
Me ha gustado mucho la última entrada de tu blog, con el fragmento de testo de Cortázar.
Besos.
Hola, Marga.
ResponderEliminarSiempre es un placer tener por aquí a una artista como tú.
Espero que haya salido todo bien.
Besos.
Hola, Katy.
ResponderEliminarNo sé cómo será la mendiga a la que aludes, pero debe de haber muchas.
Al fin y al cabo, esta historia está basada en una chica muy joven que conocí, hará unos quince años, en el puerto de Algeciras. No sé qué habrá sido de ella, pero era una chica de unos veinte años, preciosa, pero demacrada, seguramente, por causa de las drogas. Una auténtica desgracia.
Besos, Katy.
Hola Perikiyo, hay que ver lo que hace la falta de sueño, por el hombre. Aunque en realidad, cuando alguien tiene clase (me refiero al porte) no la pierde por muy demacrada que acabe y muy sucio que vaya.
ResponderEliminarUn nuevo relato fantástico.
Besos.
Que bueno, cuantos giros en poco tiempo :) . A veces el sueño y el cansancio nos dejan entrever otras cosas, supongo...aunque duren poco y se desvanezcan. ¿Al final l dió algo? ;P , bueno, final abiert, supongo, prefiero pensar que sí.
ResponderEliminarUn saludo :)
Qué coraje con las compañías de internet!! Cómo se atreven a privarnos de tus letras?
ResponderEliminarBuen relato Perikiyo, que bueno q estás de regreso ;)
!Que malo es el sueño amigo¡
ResponderEliminarCreo que lo primero que perciviste de esa chica es lo que realmente es, pero la mala vida hace estragos. A veces hay que acercarse a las cosas para verlas bien. Una pena.
Saludos y buen finde.
Después de 24 horas "atrapada" en un aeropuerto de Nueva York, vivo en primera persona este relato. Las horas se hacen eternas y se descubre una increíble variedad de personajes, que podrían ser sacados de novelas, aunque desgraciadamente no es así.
ResponderEliminarGracias. Besitos.
Lourdes.
Perikiyo, excelente relato. Creo que eso nos ha pasado a todos en algún momento y en algún lugar.
ResponderEliminarY en cuanto al ADSL me alegro de que lo hayas solucionado. Se te echaba de menos. Un beso y feliz fin de semana.
Pensaba que estabas en medio de la inspiración... Me alegro de tu definitiva vuelta vía ADSL.
ResponderEliminarUn amigo mío se enamoró perdidamente, a primera vista, en un aeropuerto, de una pelirroja que lo condujo a Escocia...
Un abrazo.
Hola, Nikkita.
ResponderEliminarHay gente que, aunque lleven puesto un carísimo traje, siguen pareciendo miserables.
También hay `personas que, como tú dices, siguen manteniendo el porte, conservando la esencia de su belleza, aún estando demacradas.
Besos.
Hola, Explorador.
ResponderEliminarBueno, tal y como afirmas, el final está abierto. Si prefieres pensar que dio algo, pues imaginemos que lo dio.
Saludos y gracias por tu visita.
Hola, Gracielawer.
ResponderEliminarAgradezco mucho tus palabras.
Un beso, amiga.
¡Lourdes!
ResponderEliminar¿Has estado 24 horas atrapada en el aeropuerto de Nueva York?
No sabía eso. Menuda aventura. Je,je.
Un beso, guapa.
Hola, Meg.
ResponderEliminarEfectivamente, a mí, por lo menos, me ha pasado. No en un aeropuerto, pero me ha pasado. Es triste, pero hay muchas historias así.
Besos.
Hola, Negrevernis.
ResponderEliminarSí, ya se han solucionado los problemas. Vaya dos semanitas. Apenas podía mirar el correo. ¡Qué lentitud!. Ahora ya está todo solucionado.
Fíjate, tu amigo encontró el amor. Si es que los aeropuertos dan mucho juego.
Saludos.
Hola, Ceferina.
ResponderEliminarEfectivamente, esa chica era hermosa. Demacrada, desaliñada, estropeada por la mala vida, pero conservaba su hermosura.
Buen finde a tí también.
Qué historias más buenas y originales. Y reales como la vida misma.
ResponderEliminarUn saludo
Si, Nacho.
ResponderEliminarPor desgracia, son muy reales.
Saludos, amigo.
¡¡Hombre Perikillo, que bueno volver a leerte!!
ResponderEliminarNo me di cuenta hasta ahora. Me gustó tu relato y me alegra sea verídico, jejeje…
Me preguntaba: ¿Le diste suelto o agarrado?, jejeje… (no tienes por qué responder).
También me congratula saber que solucionaste tus problemas laborares, -por tu ausencia- así como los informáticos –no eres el primero ni el último serás- jejeje…
Saludos cordiales
P.D. Ya he visto tu “careto”, unas fotos en las que pude estar, pero que no os vi –miré en otras esquinas-
Madre mía no me esperaba ese final! Lo que hace el sueño! Que pena que esas cosas reflejen la realidad
ResponderEliminarMires donde mires, siempre siempre, hay alguien peor que tú.
ResponderEliminarSaludos y un placer volver a leerle.
¡¡Hombre, Ubejota!!
ResponderEliminarPues la verdad, creo que le dí suelto, no recuerdo bien. Fue hace mucho.
Me alegro de que ya conozcas mi careto.
No han sido problemas laborales, ha sido otra cosa lo que me ha tenido apartado del blog. Ya te contaré.
Saludos.
Hola!
ResponderEliminarBienvenido y con este relato que CASI termina en romance, jaja
Saludos cordiales desde Argentina
Elisa
Tienes razón, Miriam. Es una pena.
ResponderEliminarPor cierto, bienvenida a Barataria.
Saludos y gracias.
Hola, Flores.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo.
Siempre hay alguien peor.
Buen comienzo de semana.
¡¡Elisa!!
ResponderEliminarMi fotógrafa viajera favorita.
Bienvenida, de nuevo.
Muchos besos.
Me dejaste K.O. De esos relatos que te van dando la vuelta a medida que los vas leyendo. Me ha gustado mucho!! ;)
ResponderEliminarHola, Sara.
ResponderEliminarMe alegro mucho de que te haya gustado. A mí me ha encantado el tuyo. Qué magia le has exprimido a París.
Saludos.
el final despierta el resto del relato, así qué bien pensado :)
ResponderEliminarHola, Jara.
ResponderEliminarEl final, despierta, sobre todo, al protagonista.
Gracias por tu visita.
Bienvenida a Barataria.
Me encanta lo cotidiano de tus relatos, quien no ha pasado un percanse en los aeropuertos y quien no se ha quedado prendado de alguien que por circunstancias deteriora su imagen, pero solo tu sabes describirlo como nadie.
ResponderEliminarQue bueno que ya podamos disfrutar de tus escritos...
Muaks.
Gracias, Alalba.
ResponderEliminarMuaks, muaks, y más muaks para tí.
Querido Perikiyo. Hace algunas semanas que no escribo, debido a unos problemas personales que espero pasen pronto.
ResponderEliminarEn cuanto a tu historia, me dio qué pensar. ¿Qué historia habrá detrás de esa hermosa mujer? Apuesto que mucho abandono y desamor.
Un beso a la distancia querido amigo.
Ay, como engañan las apariencias! Tan bonita ella de lejos y luego......
ResponderEliminarbueno, suele pasar.
Fue agradable leerte por mi blog.
Un abrazo,
Andri
Increíble relato y muy realista. Por desgracia, hoy en día demasiada gente utiliza el aeropuerto como residencia y no parece una cosa que se vaya a arreglar pronto...
ResponderEliminarBesines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.
Hola:
ResponderEliminarYo no escribí nada para El cuentacuentos pero, te vi por ahí y tuve curiosidad...
Está muy bien desarrollado, es ameno, sencillo,bien redactado... Me gustó mucho.
Una situación deprorable que ojalá ninguno de nosotros tuviéramos que vivir nunca. Lamentablemente, creo que esto en España está cada vez más a la orden del día.
Un saludito de otra Cuentacuentos.
Bonito relato. Felicitaciones. Me ha gustado mucho. Lo has descrito muy bien...para reflexionar. No podemos quejarnos...Feliz día. Cordial saludo.
ResponderEliminarAmiga Orianna.
ResponderEliminarDeseo que esos problemas se desvanezcan pronto.
Muchos besos, amiga.
Hola, Andri.
ResponderEliminarEfectivamente, las apariencias engañan.
Un abrazo, Escribiente Mariposa.
Hola, Niobiña.
ResponderEliminarRealmente, es algo a lo que no se le ve una pronta solución.
Muchísimas gracias por tu visita.
Te doy la Bienvenida a Barataria, también con besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.
Hola, Esther.
ResponderEliminarEs verdad. Cada vez hay más gente con este tipo de problemas.
Saludos, Cuentacuentos.
Muchas gracias, Ramón.
ResponderEliminarGracias también por los consejos que ofreces en tu blog. Para los que empezamos a hacer nuestros primeros pinitos en fotografía, nos bienen muy bien.
Saludos.
Pues yo te perdono a tí, pero no a esos "adeseleros" malvados que nos privaron de tu presencia... Me alegro de que todo se haya solucionado.
ResponderEliminarLos jarros de agua fría... A veces son tan dolorosos. Ves de lejos a una persona y crees que es casi un reflejo de la perfección, y piensas que no te importaría perder todos los vuelos del mundo solo por respirar su aroma durante unos segundos.
Pero cuando te acercas, cuando la ves a un palmo de tí, descubres que nada es como dibujaste en tu mente, que todo fue un engaño de tus pupilas. Y sientes todo el frío del mundo en tu interior...
Y deseas no haberte acercado jamás...
Me ha encantado leerte, como siempre, mi querido amigo. Y llevo tus palabras a mi terreno. Y reflexiono y pienso... sí.
Mil besos.
Hola Perikiyo¡¡
ResponderEliminarJo, pues menudo chasco amigo. Y es que esa falta de sueño supongo que afectaría a la vista, bueno, supongo no, seguro. Todo se difumino, y el dolor de espalda volvió...
Un fuerte abrazo¡
Hola, Elena.
ResponderEliminarPor eso es bueno poder ver más allá de lo que muestran las pupilas.
Por ejemplo, nunca te he visto, pero conozco los retazos de tu alma que regalas en tu blog. Esas pinceladas de tu ser, proporcionan una información mucho más fuerte e indisoluble, que la información que tu imagen física pueda ofrecer a mi retina.
Mi querida Elena, te mando un fuerte abrazo y un beso enorme.
Hola, Félix.
ResponderEliminarVaya si volvió el dolor de espalda. Además, con más fuerza que antes.
Un abrazo.
¡Qué alegría verte por El Cuentacuentos! Supongo que el cansancio influye a menudo en nuestra visión de la realidad (ji, ji).
ResponderEliminarHola, Sechat.
ResponderEliminarMuchas gracias. Me pasaré por el Cuentacuentos de vez en cuando, para encontrar inspiración.
Saludos.
Me gusto mucho el relato! Tanto como los otros que has escrito =) Me alegra saber que puedo seguir leyéndote =)
ResponderEliminarPor cierto, edite algo en mi blog, y por alguna razón que desconozco me gustaría que lo leyeras.
Saludos!
Hola amigo mío, acabo de recibir tu mensaje y de verdad me emociona que aunque no escriba nada por ahora, te acuerdes de mí. Te cuento que se están superando mis problemas, sólo falta enfrentar la etapa final.
ResponderEliminarEn cuanto a tu historia, observo que tienes una vena social muy sensible, aquí en mi país hay mucho niño tratando de encontrar tesoros.... para tener derecho a comer.
Besos Perikiyo
Orianna...
ResponderEliminarEspero que superes con fuerza esa etapa final, que, como su propio nombre indica, es la última.
¡¡Ánimo, amiga!!
We should be meticulous and particular in all the intelligence we give. We should be extraordinarily careful in giving advice that we would not about of following ourselves. Most of all, we ought to avoid giving counsel which we don't follow when it damages those who woo assume us at our word.
ResponderEliminarquick grip
[url=http://quick-grip-23.webs.com/apps/blog/]quick grip[/url]
It's not hard to make decisions when you recall what your values are.
ResponderEliminarlo que yo queria, gracias
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